Judith Suminwa pidió a los países de todo el mundo que tomen medidas e impongan las sanciones más duras posibles ante las atrocidades cometidas por los rebeldes.
Desde principios de enero, unas 7.000 personas han muerto en los combates en el este de la República Democrática del Congo, según ha informado la primera ministra de la República Democrática del Congo, Judith Suminwa.
Según Suminwa, noventa campos de refugiados han sido destruidos, dejando a unas 450.000 personas sin hogar.
Ha pedido a los países de todo el mundo que tomen medidas e impongan las sanciones más duras posibles ante las atrocidades cometidas por los rebeldes. «Es imposible describir los gritos y los lamentos de las víctimas de este conflicto», ha afirmado en la 58ª sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
Los rebeldes del Movimiento 23 de Marzo (M23) entraron en hostilidades en el este de la República Democrática del Congo en enero de 2021 y desde entonces se han apoderado de decenas de ciudades y pueblos de la provincia de Kivu del Norte.
En enero de 2025 tomaron el control de la capital de Kivu del Norte, Goma, y en febrero de Bukavu, la capital de la vecina provincia de Kivu del Sur.
Ministerio de Relaciones Exteriores de Ruanda: Las sanciones no ayudarán a resolver el conflicto en la República Democrática del Congo.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Ruanda ha declarado en un comunicado que el conflicto en la República Democrática del Congo no puede resolverse mediante sanciones, al comentar las sanciones estadounidenses contra el ministro de Estado James Kabarebe.
El Ministerio ha calificado estas sanciones de «injustificadas e infundadas». «Si las sanciones pudieran resolver el conflicto en el este de la República Democrática del Congo (RDC), hace décadas que habría paz en la región», afirma el comunicado.
«Durante los últimos tres años, el conflicto a lo largo de la frontera occidental de Ruanda ha involucrado a fuerzas hostiles que no han sido sancionadas. Entre ellas se encuentran las fuerzas armadas congoleñas (FARDC), que luchan junto a las tropas del SAMIDRC, las tropas burundianas, la milicia genocida FDLR y mercenarios europeos», se indica.
«La mima y la falta de acción disuasoria por parte de la comunidad internacional ante la inseguridad y el conflicto violento instigado por el gobierno congoleño han contribuido a prolongar e intensificar los combates en el este de la RDC», se lee en el texto.
«El único objetivo de Ruanda es una frontera segura y el fin irreversible de la política de extremismo étnico armado en nuestra región. Se trata de una cuestión de seguridad nacional y ese es nuestro único motor. Los ruandeses tienen derecho a vivir en paz y sin la amenaza perpetua de inseguridad que proviene de la República Democrática del Congo», subrayó el ministerio.
Según la declaración, «las medidas punitivas, incluidas las sanciones, no contribuyen en nada a la seguridad, la paz y la estabilidad a largo plazo de todos los países de la región de los Grandes Lagos».
«Esas medidas sólo pueden interpretarse como una injerencia externa injustificada en el proceso dirigido por África, que corre el riesgo de prolongar la resolución del conflicto», señaló el ministerio, añadiendo que la iniciativa de mantenimiento de la paz de la Unión Africana y otras organizaciones regionales «es la única vía creíble para una solución negociada».
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