El jueves, el Registro Federal de Estados Unidos publicó la designación de ocho organizaciones criminales latinoamericanas, luego de una orden ejecutiva del 20 de enero del presidente Trump.
La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, anunció el jueves que propondrá reformas constitucionales para fortalecer la soberanía de México luego de que la administración del presidente Donald Trump designara a ocho cárteles de drogas y bandas criminales mexicanas como organizaciones terroristas extranjeras.
La decisión de Estados Unidos ha generado preocupación en México, y los funcionarios temen que pueda ser un precursor de una posible acción militar estadounidense en suelo mexicano para atacar a los cárteles, una medida a la que México se opone firmemente.
«El pueblo mexicano no aceptará bajo ninguna circunstancia intervenciones, injerencias o cualquier otro acto del exterior que pueda ser lesivo a la integridad, independencia y soberanía de la nación», dijo Sheinbaum.
La medida de la administración Trump surgió de una promesa del presidente estadounidense de que sería más duro con los inmigrantes ilegales criminales que su predecesor, en particular los cárteles y las pandillas, una vez que regresara a la Casa Blanca.
La promesa, junto con otras medidas más duras sobre inmigración, recibió el respaldo tanto de los votantes republicanos como de muchos demócratas.
El jueves, el Registro Federal de Estados Unidos publicó la designación de ocho organizaciones criminales latinoamericanas, luego de una orden ejecutiva del 20 de enero del presidente Trump.
La designación, que generalmente está reservada para grupos terroristas con motivos políticos, tiene como objetivo aumentar la presión sobre estas organizaciones a pesar de sus objetivos principalmente económicos.
Los grupos, incluidos MS-13 y Tren de Aragua (TdA), han estado detrás de múltiples crímenes graves y violentos en todo Estados Unidos en los últimos años. Si bien TdA se originó en Venezuela y MS-13 comenzó inicialmente en Los Ángeles con vínculos con otros países latinoamericanos, los demás tienen vínculos con México.
Designar a estos grupos como Organizaciones Terroristas Extranjeras (FTO, por sus siglas en inglés) podría permitir una acción militar contra ellos, de manera similar a cómo Estados Unidos ha tratado con otros grupos de esta categoría, como los talibanes y Hamás.
No se ha aclarado si se podrían enviar tropas estadounidenses a México u otros países latinoamericanos donde se originan los grupos, pero Trump amenazó con lanzar bombas en las ubicaciones conocidas de los grupos durante la campaña electoral.
La medida también podría tener un impacto en la inmigración, ya que cualquier individuo que pague a un miembro de una FTO para que le ayude a cruzar la frontera entre Estados Unidos y México podría ahora ser visto como si apoyara la actividad terrorista de un grupo, lo que lo haría inelegible para entrar a Estados Unidos.
Permitir que los inmigrantes permanezcan en México, en las garras de los cárteles y las bandas que a menudo atacan y extorsionan a los grupos vulnerables, también podría ser un problema internacional para Estados Unidos si se ve que están permitiendo que continúen los abusos, ahora a manos de terroristas.
Durante su conferencia de prensa diaria, Sheinbaum reafirmó que México no permitirá la participación extranjera en investigaciones o procesos judiciales sin la autorización y cooperación explícitas del gobierno mexicano.
Su predecesor, Andrés Manuel López Obrador, ya había promulgado leyes que limitaban la independencia de los agentes extranjeros y exigían que se notificara a las autoridades mexicanas de sus actividades. Sheinbaum ahora busca consagrar estas restricciones en la constitución para salvaguardar aún más la soberanía de México.
La administración de Sheinbaum también ha propuesto reformas constitucionales para imponer las sanciones legales más severas a los extranjeros involucrados en la fabricación, el contrabando y la distribución de armas.
México ha presionado durante mucho tiempo a Estados Unidos para que frene el flujo de armas de fuego de las tiendas y fabricantes de armas estadounidenses, que alimentan la violencia en todo el país.
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